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domingo, 11 de abril de 2010

IGUALDAD Y SOLIDARIDAD

Cuando era pequeño me toco la suerte de poder estudiar en un Colegio Particular (extremadamente particular, diría yo), en el cual pudimos compartir aula con otros amigos (hoy nos llamamos hermanos) de toda clase social, económica, religiosa y origen étnico. Los ahora hombres que ya nos acercamos al límite de los 50 frecuentemente nos reunimos en el aniversario del colegio o para un cumpleaños o la llegada del extranjero de los varios que salieron del país a trabajar fuera del país. En cada reunión a lo igual cuando éramos niños, nos reunimos Ingenieros, Médicos, Carpinteros, Productores de Televisión, Pequeños Comerciantes, Abogados Exitosos, Profesores Universitarios, Policías, Cocineros, Sacerdotes, Notables Empresarios, Técnicos Electricistas, Estilistas, Médicos, etc. Todos confundidos en un cordial y afectuoso encuentro; en el cual como siempre desaparecen las diferencias de clases social, económica o étnica. Encuentros que en los que no solo lo vivimos sincera alegría de los felices encuentros, sino que también compartimos el dolor de la enfermedad cuando alguno de nosotros se encuentra mal de salud, o ante el paso inexorable de la muerte del algún familiar o de algunos de los miembro del grupo.
El espíritu de solidaridad del grupo ante las situaciones difíciles económicas de algunos, sin hacer alarde o publicidad de su generoso gesto, haciendo eco a las sagrada palabra “Tú, por el contrario, cuando des limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha,
para que tu limosna quede en lo oculto; de este modo, tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará.”
La humildad característica de los miembros del grupo, que no impide que un cargo, una posición social, religiosa, económica u otra, rompa el trato igual en cualquier circunstancia o situación y fundirnos en un saludo con abrazo fraterno.

No quise dejar de compartir la intimidad de esta vivencia, de este grupo de personas al doy gracias a Dios de pertenecer, e invitar a la reflexión de algunos que se olvidan de “Amar a tu prójimo como a ti mismo”. Puedes hacer lo mismo en tu trabajo, en tu empresa, en tu club.

El mundo puede ser mejor si nos tratamos mejor.

Luis Augusto Zuñe Bispo
Promoción 1978 Colegio Manuel Pardo Chiclayo
http://cmp78.blogspot.com/

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